El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una decisión drástica dentro de su estrategia comercial: impondrá un arancel del 50 % a todas las importaciones procedentes de Brasil. Esta medida entrará en vigor el 1 de agosto, según un comunicado dirigido al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
La decisión responde a lo que Trump ha calificado como un “trato injusto” por parte del gobierno brasileño hacia los productos estadounidenses. Además, señaló la falta de reciprocidad comercial, barreras no arancelarias, y una supuesta política brasileña de subsidios encubiertos que, según él, han afectado directamente a los agricultores e industriales de Estados Unidos. También denunció prácticas “hostiles” en materia de comercio digital, como parte de una tendencia que, afirma, daña la competitividad estadounidense en América Latina.
La moneda brasileña, el real, cayó más del 2 % frente al dólar tras el anuncio, mientras los exportadores brasileños, desde café hasta acero, comienzan a evaluar el impacto financiero. Aunque la tarifa del 50 % supera ampliamente el arancel anterior del 10 % que había aplicado Trump en abril, esta nueva medida apunta a presionar a Brasil por cuestiones de índole política y económica.
A partir del 1 de agosto, los productos brasileños tendrán una tarifa adicional del 50 % al ingresar a Estados Unidos, lo que podría incrementar precios de bienes como alimentos, aluminio, hierro y joyería. Por su parte, Trump ordenó al Representante Comercial de EE. UU. iniciar una investigación formal sobre desequilibrios en el comercio digital, incluyendo posibles represalias legales o adicionales.
Este movimiento marca una escalada en la guerra comercial de Trump: ya había comenzado a aplicar aranceles elevados al cobre, semiconductores y productos farmacéuticos, e incluso amenazó a otros países del bloque BRICS —una alianza económica compuesta por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— con tarifas similares por supuesto “anti estadounidismo”
