Por: Claudia Guadalupe Aguilera
Este domingo se vivió el cierre de temporada de la conmovedora y divertida obra “El día que Memo aprendió a pelar los dientes”.
A las 13:00 horas se dio la última función de la compañía Cuerpo Abierto en colaboración con Phobos Teatro, con autoría y dirección de César Chagolla, coreografía de Ahmed Martínez, y voces de Gloria Obregón y Stephanie Filigrana, en del Teatro Sergio Magaña.
Con una temporada que dio inicio el 27 de septiembre y culminó el 19 de octubre, la puesta en escena llegó a romper estigmas sobre la discapacidad intelectual, la masculinidad e independencia, a través de la historia de cuatro amigos que juntos van descubriendo el verdadero significado de “ser hombre”, hasta encontrar su verdadera identidad, invitando así al público a ver más allá de ciertos paradigmas, convirtiendo el prejuicio en libertad y en entendimiento.
Con aplausos genuinos acompañados de risas y lágrimas, la obra dio fin a una temporada adjunta de arduo trabajo y emociones sinceras, no solo provenientes de sus fabulosos y chispeantes intérpretes Erick Maisner, Esteban Andrade, Antonio Tadeo y Jesús Amed, sino también de un público que fue capaz de escuchar y abrir su mente al respeto y a la empatía, con gran admiración.
“El día que Memo aprendió a pelar los dientes” es un urgente y estruendoso recordatorio de que la discapacidad es una gran maestra, difusora de poder, empatía e inteligencia no solo intelectual, sino emocional, la puesta en escena vino a gritarnos por medio de sus maravillosos actores, que el talento y el trabajo continuo no distinguen diferencias.
Cada uno de estos artistas escénicos, a través de su honesta interpretación, nos contagiaron de esas ganas de descubrir la vida y nos compartieron una pasión que vibra más allá del “qué dirán”.
Con frases como “quiero ser un hombre de mentira, de esos que bailan bajo la lluvia”, la obra de teatro regala al espectador un mundo de posibilidades.
