En los últimos años, el bienestar se ha vuelto una prioridad para millones de personas. Desde alimentarse de forma más natural hasta seguir rutinas de ejercicio, meditación y autocuidado, el movimiento ha ganado fuerza en redes sociales y medios. Pero especialistas advierten que, llevado al extremo, puede volverse una fuente de depresión, ansiedad e incluso aislamiento social.
La psicóloga clínica Giulia Suro, experta en salud mental y bienestar emocional, explicó en una entrevista reciente con Teen Vogue que muchas personas —especialmente jóvenes— están cayendo en lo que se conoce como “toxic wellness”: una obsesión por hacer todo bien, comer perfectamente limpio, ejercitarse todos los días y vivir “libres de estrés” como se ve en internet.
Este enfoque estricto puede provocar culpa si se rompe la rutina, miedo a disfrutar ciertos alimentos o actividades, y sensación de que nunca se está haciendo “lo suficiente”. Lejos de generar salud, esta mentalidad puede deteriorar la autoestima y generar relaciones rígidas con el cuerpo y el entorno.
Suro propone un cambio de perspectiva: en lugar de buscar un bienestar perfecto, hay que construir uno real. Eso implica permitirse descansar, comer por placer sin culpa, tener días bajos y disfrutar actividades más allá de las que marcan las redes. El bienestar no es una lista que debes cumplir a diario, es una forma de cuidarte con equilibrio, flexibilidad y compasión.





